De repente miro hacia el Puerto.
Ya era hora de que mostrará e indagará sobre los elementos
del Puerto de Santa María que más me llaman la atención, no sólo estéticamente,
sino por su desconocimiento, o al menos el mío, por su historia, por lo que es,
por lo que ha sido y por lo que puede llegar a ser.
Pronto, y digo pronto siendo confiada, positiva e
irrealista, comenzaré una investigación, o por lo menos, una búsqueda
documental sobre algo que siempre me ha llamado la atención, que me tiene
encandilada de esta ciudad que poco a poco se echa a perder.
No es casualidad que esta entrada coincida con la
celebración del festival Monkey Week en la ciudad, es necesario. Tenemos la
suerte, y digo tenemos porque yo al menos la tengo, de vivir en una ciudad que
es capaz de ofrecernos un sinfín de posibilidades a la par que es igual de frustrarlas.
ZAS, como el golpe en seco al matar una mosca.
El Puerto de Santa María es la viva imagen de aquello que
quiere ser, que no dejan ser y que, finalmente, no será. Ojalá me equivoque, es
más, ansío equivocarme.
Con esta entrada comienzo lo que será una serie de entradas
sobre El fuerte de Santa Catalina, o más conocido como La muralla de el Puerto
de Santa María. Esta primera entrada es una toma de contacto, una contextualización
del tan fotografiado Castillo de Santa Catalina que, este año, ha sido hasta
telón de fondo de una campaña de Loewe.
ortofoto extrída de google earth y modificada por littlewall |
El fuerte de Santa Catalina se encuentra a la entrada de la
bahía de Cádiz, en el municipio de El Puerto de Santa María, provincia de
Cádiz.
Construido en el siglo XVIII con planimetría poligonal se
encargaba de la defensa de la bahía. Al sur, la defendía mediante una línea de
baterías orientadas que podía contener hasta 15 piezas de artillería, hacia la
entrada de la bahía tenía un flanco orientado que podría contener hasta 6
piezas de artillería. Desde una torre independiente, próxima al fuerte se podía
divisar la amplia boca de la bahía.
En el solar que ocupa el castillo sabemos que hay una
villa romana, con su alfar. También se encontraba la Ermita de Santa Catalina,
de la cual no podemos establecer la fecha de fundación, si bien hay documentos
que la mencionan en el año 1525.
A su lado, vigilante, se encuentre la Torre del mismo
nombre, típica torre costera, cilíndrica, construida en el siglo XVI.
Estas edificaciones militares cumplían la función
defensiva de la Bahía junto con las fortificaciones de la ciudad de Cádiz,
situadas al otro lado del mar (El Castillo de Santa Catalina fue mandado
construir, tras el asalto anglo-holandés de 1596, por Felipe II).
Al igual que todas las fortalezas españolas fue
declarado BIC (Bien de Interés Cultural) bajo la protección genérica del decreto
de 1949, y más tarde por las leyes de Patrimonio Histórico.
ortofoto extrída de google earth y modificada por littlewall |
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Actualmente, se encuentra en estado de ruina, sólo se
conservan restos de la muralla que dan nombre a la playa colindante, pero sigue
siendo un enclave privilegiado para disfrutar de las vistas y del mar. Además
cuando se producen los movimientos de mareas podemos disfrutar de las piscinas
naturales que se generan en torno al mismo, no solo paisaje militar sino
natural. Un espacio abandonado, como tantos otros de la ciudad, que tiene un
valor que, muchas veces, no sabemos o no queremos apreciar.
En la próxima entrada os mostraré mucha más
información sobre este Fuerte, poco a poco, en pequeñas dosis, para que ,al igual
que yo, lo redescubráis.
littlewall
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